Tras unos años de esfuerzo e ilusión, ha visto la luz una nueva obra sobre Derivados Financieros que creemos que aporta, en su conjunto, un conocimiento y análisis muy completo sobre los mismos. 

El manual cuenta con un conjunto de 13 autores, con una amplia experiencia profesional y docente que aseguran y garantizan el valor de su contenido. El listado de autores es el siguiente:

  • Óscar Gil Flores
  • Pedro Guinea Torrontegui
  • Roberto Knop Muszynski
  • Francisco Javier López Valle
  • José María Majadas San José
  • Jesús Mardomingo Cozas
  • Rodrigo Manero Jarnés
  • Jorge Martín Mora-Rey
  • José Morales Díaz
  • Lola Noguera Alba
  • Isaac Pernás Sánchez
  • Alfonso Ruiz Poveda
  • Francisco Javier Fernández Fernández 

Derivados Financieros

Este manual titulado Derivados Financieros: productos, riesgos, estrategias, contabilización y regulación se divide en 12 capítulos:

  • Un capítulo introductorio
  •  SEIS capítulos dedicados a los derivados sobre Tipos de Interés y Renta Fija, Crédito, Renta Variable, Tipos de Cambio, Materias Primas y Opciones Exóticas
  •  DOS capítulos que analiza a las Estructuras y Estrategias que se pueden construir con los derivados, un capítulo dedicado al Riesgo de Mercado y al Riesgo de Contrapartida y, finalmente.
  • DOS capítulos que estudian tanto los aspectos contables como los aspectos regulatorios que afectan a los Derivados Financieros, que en muchas ocasiones no aparecen bien desarrollados en otras obras de estas temáticas pero que sin duda le aporta un valor añadido de gran importancia. 
TABLA DE CONTENIDO
  • Fundamentos de los derivados financieros
  • Derivados sobre tipos de interés y renta fija
  • Derivados de crédito
  • Derivados sobre renta variable o Equity
  • Derivados sobre tipos de cambio
  • Derivados sobre materias primas
  • Opciones exóticas
  • Productos estructurados
  • Estrategias con derivados
  • Riesgos de los productos derivados
  • Contabilidad de los instrumentos derivados
  • La regulación y su impacto en los derivados

La editorial es Delta Publicaciones donde podéis encontrar más información al respecto, así como los formatos disponibles para su comercialización.

Prólogo

Una de las preguntas filosóficas fundamentales es ¿por qué hay seres conscientes en el universo? La consciencia consume una cantidad significativa de energía, pero no es el requisito previo para la supervivencia y preservación de la especie. La consciencia no puede estar justificada por las necesidades biológicas de la humanidad. Sin embargo, gastamos energía para mantener nuestra conciencia y una faceta de nuestra conciencia es el deseo consciente y subconsciente de evitar o minimizar el riesgo. La aversión al riesgo la heredamos de nuestros antepasados nómadas, quienes estaban expuestos a un entorno hostil y peligroso.

Reducimos constantemente el riesgo de muerte súbita. Con el progreso en las ciencias de la salud y las tecnologías de seguridad, nuestro mundo se vuelve cada vez más y más seguro, especialmente en los países más ricos. Cuanto más ricos nos hacemos, menos estamos expuestos al riesgo existencial, pero, a su vez, nos preocupamos más por nuestro riesgo financiero: aquellos que poseen poco dinero se esfuerzan por tener más, y cuanto más tenemos, más nos preocupamos por mantener el valor real de nuestros activos o incluso aumentarlo.

Los mercados financieros contemporáneos ofrecen una gran variedad de herramientas poderosas para proteger o cubrir los riesgos. La gestión del riesgo puede generar un rendimiento adicional mediante una mejor estimación del mismo y por las capacidades para extrapolar las condiciones del mercado. Al primer grupo, estimación del riesgo, se les denomina “hedgers” o inversores de cobertura del riesgo. Al segundo grupo podríamos describirlo como el de los “especuladores”. Ambos grupos utilizan derivados, como pueden ser, futuros, forwards, opciones o swaps. Esos instrumentos llamaron la atención del público en general hace relativamente poco tiempo, tras la gran crisis financiera de los años 2008-2009. Por aquellos años, la reputación de los participantes de los mercados de capitales, especialmente la de los especuladores y los banqueros de inversión, sufrió enormemente. De hecho, los financieros fueron acusados de crear innovadores productos financieros, como fueron los derivados, que, finalmente, condujeron a un colapso en el mercado.

Sin embargo, no necesariamente todo el mundo conoce, que estos instrumentos no son un invento reciente. Muchas personas podrían sorprenderse por el hecho de que el prototipo de un derivado (así es como también se le conoce a un producto derivado) ya se puede encontrar en la Biblia. Przemek Gerschmann, analista jefe de la Bolsa de Valores de Varsovia (GPW Warsaw Stock Exchange), me hizo ser consciente sobre la larga historia de los derivados a continuación pueden encontrar los extractos de su investigación.

Los mercados de futuros, que crecieron rápidamente en la década de los 70, tienen una larga tradición. Cuando se analizan fuentes documentales de la historia humana, las referencias más antiguas a los derivados se pueden encontrar en la Biblia en el capítulo XXIX del Libro del Génesis. Se trata de algo que es similar en su estructura a una opción, es decir, un instrumento moderno de transferencia de riesgo. Una opción comprada a Labán por un valor equivalente a 7 años de trabajo y que le dio a Jacob el derecho de casarse con su hija Raquel. A pesar del cumplimiento por parte de Jacob de su contrato, el padre no cumplió su palabra y dijo que no se casaría con su hija. Esta historia puede verse como evidencia de la existencia del prototipo del derivado y, por otro lado, de los riesgos existentes asociados a los derivados. Traduciendo la historia antes mencionada al lenguaje de las finanzas modernas, se podría decir que Jacob pagó un bono de opción en forma de siete años de trabajo para tener derecho a casarse con Raquel después de ese tiempo. Sin embargo, no podría haber hecho valer su derecho antes, lo cual es similar a la construcción de la “opción europea”. La parábola anterior, sin embargo, termina con el vendedor de la opción, Labán, no cumpliendo con su deber y no permitiendo casarse a su hija.

Otra mención de derivados aparece en las obras de Aristóteles de hace 2.400 años. Es la historia de un filósofo pobre, llamado Thales, que reflexionó sobre la antigua pregunta de: «Si eres tan sabio, ¿por qué no eres rico?». Thales predijo que, debido a las favorables condiciones climatológicas, habría una rica cosecha de aceitunas en la próxima temporada. Su siguiente paso fue el de reservar todas las prensas de la zona que se utilizaban para producir el aceite de oliva. Cuando llegó la temporada de cosecha y había enormes cantidades de aceitunas en el mercado, Thales, habiendo incautado previamente todas las prensas de la zona, pudo determinar el precio por usarlas y así se enriqueció. En ese momento, la estructura del derivado aún no se conocía, pero el contrato de Thales en sí no era diferente de los derivados actuales. Según los términos del contrato, el dinero que Thales pagó le otorgó el derecho de usar la prensa de aceitunas, pero no la obligación. Si la hubiera utilizado, habría tenido que pagar por el resto del arrendamiento. Tal estructura podría llamarse “una opción para una prensa de aceitunas”.

Otras referencias al funcionamiento de los mercados de futuros en varias partes del mundo se remontan al siglo XVII. En esta ocasión se trata de una historia instructiva que nos proporciona alimento para el pensamiento y la reflexión. Una de las crisis financieras más espectaculares que involucró a los derivados tuvo lugar en los Países Bajos durante el siglo XVII. Este fenómeno pasó a la historia bajo el nombre de «tulipmania». En ese momento se formalizó el comercio de tulipanes y los bulbos se podían comprar, entre otras cosas, en la Bolsa de Valores de Ámsterdam. Los brokers experimentados vieron en el bulbo de tulipán una oportunidad para multiplicar sus ganancias. Con el tiempo, las acciones de los especuladores hicieron que los precios de los bulbos alcanzaran niveles increíbles. El anteriormente conocido como «wind trade», literalmente comerciar con el viento, que puede ser un ejemplo de transacciones de futuros, ha vuelto a favorecerse. El contrato consistía en el compromiso del comprador de adquirir un bulbo de tulipán concreto, a un precio predeterminado en el futuro. Esto abrió posibilidades casi inimaginables para la especulación y se puede decir que fue el principio del fin de la fiebre de los tulipanes. En 1636, el precio de los bulbos se disparó.

Basándonos en estas breves referencias sobre productos derivados en la historia, se puede establecer un paralelismo con el papel que ha tenido el “cuchillo” a lo largo de la historia humana. Un cuchillo, cuando se aplica de manera correcta y responsable, ayuda a la humanidad a sobrevivir, asegurar los alimentos y mejorar su seguridad. Sin embargo, también puede ser una herramienta poderosa para causar daño si se usa con malas intenciones y/o de manera irresponsable.

El presente libro se ofrece al lector como un «manual de usuario» completo para el uso efectivo, eficiente y responsable de los derivados. No realice coberturas ni especule en el mercado de derivados antes de haber leído detenidamente esta extraordinaria contribución.

Varsovia, octubre de 2021                                                           Dr. Marek Dietl
CEO, GPW-Bolsa de Varsovia

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